«Vosotros sois la sal de la tierra, vosotros sois la luz del mundo. Que brille vuestra luz delante de los hombre para que, viendo, glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (Mt 5,13ss). No solo nos ha dicho: sois sal y luz, sino que sois sal, luz y alegría del mundo. Si la sal no sazona, no sirve. Si la luz se esconde, no sirve, si la vida no se entrega se queda infecunda. Si la fe no se testimonia, se apaga. Somos posibilidad, «¿qué tales habremos de ser?»
Unas 30 personas de diferentes comunidades parroquiales hemos estado presentes en el retiro celebrado este fin de semana en Barnezabal. Volvemos de Tabor, volvemos de retiro, nuestros corazones se mueven entre la alegría y el asombro, intentando, como los discípulos que acompañaban a Jesús, comprender qué es lo que ha pasado por nosotros en estos días. Aquello que hemos sentido, visto, vivido y no alcanzamos a comprender del todo pero lo vivimos dese la confianza en que Dios nos sigue llamando a estar en el mundo.
Queremos agradecer a las comunidades parroquiales de las vicarías IV-V-VI, a Gabriel Otalora y a Jose Mari Kortazar y por último, pero no menos importante, a Barnezabal, a las Hermanas Mercedarias que en todo momento nos acompañaron como Marta y María, en el hacer y el orar. Milla esker.



